miércoles, 31 de marzo de 2010

Rusia y el separatismo en el Cáucaso

La desintegración de la URSS sigue siendo un tema latente para los conflictos que hoy Rusia tiene que atravesar. Por supuesto que la lógica del conflicto se ha manifestado de una forma distinta, pero lo que se ve en Chechenia, Ingushetia, Daguestán, Georgia y otras regiones del Cáucaso, siguen manifestando un sentimiento creciente de autodeterminación e independencia como producto del afán ruso de negarse a perder una esfera de influencia importante en la región.

Es una independencia que se hace necesaria para estas repúblicas, especialmente si tomamos en cuenta la enorme diversidad étnica y linguística que poseen y que por motivos históricos, han sido habitadas -y reprimidas en otros casos- por la Rusia zarista, el imperio Turco y que han despertado un especial interés en una serie de naciones europeas debido a la ubicación estratégica que poseen estas repúblicas rebeldes.

No pretendo ni quiero hacer una revisión exhaustiva de lo que ocurre con todas las repúblicas, pero quisiera centrarme en lo que se ha visto estos últimos días a propósito de los atentados al metro de Moscú, por parte de una organización llamada "Las viudas negras" en referencia a un conjunto de mujeres islámicas que han sido esposas de ex-guerrilleros daguestanes, chechenos e ingushes, siendo éstos abatidos en combate por las fuerzas de seguridad rusas.

El especial caso de Chechenia se hace relevante de analizar -ya que es el que le ha producido un mayor daño moral a los rusos en los últimos diez años- Basta con recordar un precedente hace no mucho tiempo cuando en septiembre del 2004 un grupo de separatistas chechenos se tomaron una escuela de niños en Beslán, una región ubicada en Osetia del Norte, Rusia; lugar desde donde -luego de un enfrentamiento con el ejército ruso- asesinaron a más de 300 personas, siendo más de la mitad de éstas, menores entre los seis y catorce años.

El conflicto entre los rusos y chechenos es bastante antiguo, de hecho llevan siglos luchando. Según lo que nos aporta la historia, la primera gran guerra entre ellos, se dio entre 1853 y 1859 entre el Imperio Ruso y los checheno-musulmanes liderados por Shamil -un hombre de etnia imam que tuvo la capacidad de unificar la voluntad de los musulmanes para luchar contra el imperialismo zarista- Durante este período se consolida la primera independencia de los chechenos, quienes fundan la capital en Grozny (que en ruso significa "terrible")

Luego, en medio de la Segunda Guerra Mundial, Stalin acusa a los chechenos de colaborar con Hitler y por lo tanto, toma la decisión de deportarlos en forma masiva a Asia Central y Siberia, siendo transportados en trenes decenas de miles de hombres, mujeres y niños. Se cree que cerca del 50% murió de tifus en medio del trayecto y del resto, poco y nada se supo.

Ya bajo el liderazgo de Nikita Kruschev, en 1957 los chechenos son amnistiados, pudiendo volver a su territorio, aunque como es de esperarse, con grandes limitaciones. La suma de estos fenómenos despertó en los chechenos un sentimiento de odio hacia los rusos que hasta ahora, no parece modificarse en lo sustancial.

Cuando la caída del Muro de Berlín era inminente, se dio la oportunidad para que los chechenos consolidaran su independencia del manto soviético y así lo materializaron con los esfuerzos de Dzojar Dudaev, un ex General soviético que es elegido como Presidente interino y quien proclama la independencia de Chechenia.

Dadas las prioridades internacionales, para Moscú era menor lo que ocurría en esa república, de manera que le restó importancia. Con el paso del tiempo, la gestión de Dudaev empieza a fracasar, lo que ocasiona que se formen muchas bandas organizadas que operaban no solo al interior de Chechenia, sino que se expanden más allá de sus fronteras, llegando a Rusia.

Ya en 1994 siendo Boris Yeltsin el mandatario ruso, recibe la recomendación de sus Generales para iniciar un ataque y así estabilizar la región que se vio afectada por una animadversión creciente de independencia étnica, pero también para asegurar los oleoductos que cruzaban el Cáucaso.

Ya en ese tiempo, los chechenos recurrieron a las tácticas subversivas como la "guerra de guerrillas" y los secuestros, dándole de esta forma cuantiosas pérdidas humanas, materiales y morales a los rusos; quienes se vieron en la obligación de negociar. Dichas negociaciones se dieron en agosto de 1996 entre el General ruso Alexander Lébed y el nuevo líder checheno, Aslán Masjadov; quienes firman en conjunto los Acuerdos de Jasaviurt, comprometiéndose mutuamente un cese al fuego, la retirada de los tanques del ex-ejército rojo y el cumplimiento durante cinco años del estatuto político de Chechenia. Hasta ahí, parecía lograrse la paz, aunque no el reconocimiento internacional de Chechenia.

El problema vino cuando Masjadov cae en el mismo error de Dudaev. El estado de ingobernabilidad se apoderó de Chechenia. El tráfico de armas, el robo de petróleo y otros problemas se hacían comunes, pero se agudizaron cuando un grupo radical de chechenos liderados por Shamil Basaev toma el control de Grozny y otras localidades. Estos grupos eran los sospechosos de perpetrar un atentado triple en septiembre de 1999 en Moscú, donde murieron más de 200 personas y dejando al gobierno del entonces Presidente ruso, Vladimir Putin en una situación muy compleja.

Rusia decide declarar una guerra abierta contra estos grupos chechenos, pero como en todos los conflictos actuales, los más afectados son los civiles. Se cree que en los últimos diez años, al menos el 10% de la población chechena ha muerto como producto de bombardeos, motivando un éxodo de desplazados hacia la vecina Ingushetia.

Así se ha mantenido un conflicto latente, histórico y particularmente brutal que está lejos de desaparecer en esas latitudes del planeta. La diferencia, es que ahora el conflicto se levanta ante la cruzada internacional contra el terrorismo y así Rusia esperará conseguir apoyo en su causa.

Así como Rusia apoyó a Estados Unidos para la guerra en Afganistán -y como lo sigue apoyando en las sanciones económicas contra Irán y Corea del Norte- Rusia esperará el apoyo de los estadounidenses para la aniquilación de las células islamistas en Chechenia, Ingushetia y Daguestán.

Como podemos ver, para Rusia es fundamental contener a los grupos rebeldes chechenos ya que históricamente podemos apreciar que la presencia de éstos, no es sano para su supervivencia y lo es menor aún, en su voluntad de perfilarse como una nación hegemónica en Europa del Este.

Lamentablemente para algunos, los conflictos actuales están fuertemente marcados por aspectos étnicos y religiosos. Especialmente el último caso, hace difícil llegar a una mesa de negociaciones, por lo tanto, si es por analizar fríamente la situación, los conflictos actuales parece que terminarán sólo cuando una de las dos partes sea exterminada o que por lo menos, una de ellas no se vea ni con la más mínima capacidad de acceder a un rearme logístico, sometiéndose así, a la voluntad de la otra.

Por lo pronto, si la contraofensiva rusa da resultado o no, está por verse, pero lo cierto es que ninguna de las dos partes dará su brazo a torcer hasta que la totalidad de sus intereses se de por satisfecho.


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