Conocido por todos es a estas alturas el escenario conflictivo que se vive en la península coreana. Según los medios de prensa, el día martes de esta semana Corea del Norte usó fuego de artillería para bombardear la isla surcoreana de Yeonpyeong, cerca de la frontera que separa a las dos Coreas. Su vecino del Sur, respondió el ataque de la misma forma, prolongándose un intercambio de disparos que habría durado casi dos horas. El saldo final de este hecho, fueron dos militares surcoreanos muertos, dos civiles de la misma nacionalidad y una veintena de heridos. Por su parte, el régimen de Pyongyang responde que el bombardeo fue iniciado por Corea del Sur y que ello fue el motivo por el que se inició el ataque. Más allá de las declaraciones cruzadas, podemos sacar varias lecturas de este incidente.
Primero, este tenso incidente, es el mayor ataque desde 1953, año en donde se firmó el armisticio que pondría el fin a la Guerra de Corea. Decimos que "pondría", porque en realidad la firma de este documento no es de un tratado de paz, por lo tanto, técnicamente las dos Coreas siguen en guerra.
Segundo, este ataque se da en un contexto donde se espera una sucesión de liderazgo político y militar de Norcorea. El líder de este país, Kim Jong-il transferiría el poder al menor de sus hijos, Kim Jong-un. Para mencionar esto, sería relevante tener claro que Corea del Norte, es el único país comunista donde el poder se establece como una dinastía hereditaria. Se supone que este incidente, generaría una señal de lealtad desde la cúpula militar norcoreana hacia Kim Jong-un que en septiembre de este año fue investido como General del Ejército de su país.
Tercero, se da a unos días que inicien los tradicionales ejercicios navales que realizan las marinas estadounidenses y surcoreanas y que tienen como principal función enviar una señal de disuasión a Corea del Norte. Estos ejercicios se iniciaron hoy domingo y terminarán el día miércoles de la próxima semana.
En términos generales, este hecho ha despertado una alarma internacional de proporciones. Casi al unísono, la comunidad internacional ha condenado este hecho mientras que en un comienzo, China -el principal aliado de Corea del Norte- se negó a catalogar el incidente como un "ataque norcoreano", sino que como "un intercambio de artillerías". Más allá de la nomenclatura, lo cierto es que es una señal preocupante que debería motivar la necesidad de retomar las conversaciones a seis bandas para la desnuclearización de la península coreana -que la componen las dos Coreas, Estados Unidos, China, Rusia y Japón- y que terminaron el año 2009 luego que Corea del Norte las abandonara producto de la sanción que realizó el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Primero, este tenso incidente, es el mayor ataque desde 1953, año en donde se firmó el armisticio que pondría el fin a la Guerra de Corea. Decimos que "pondría", porque en realidad la firma de este documento no es de un tratado de paz, por lo tanto, técnicamente las dos Coreas siguen en guerra.
Segundo, este ataque se da en un contexto donde se espera una sucesión de liderazgo político y militar de Norcorea. El líder de este país, Kim Jong-il transferiría el poder al menor de sus hijos, Kim Jong-un. Para mencionar esto, sería relevante tener claro que Corea del Norte, es el único país comunista donde el poder se establece como una dinastía hereditaria. Se supone que este incidente, generaría una señal de lealtad desde la cúpula militar norcoreana hacia Kim Jong-un que en septiembre de este año fue investido como General del Ejército de su país.
Tercero, se da a unos días que inicien los tradicionales ejercicios navales que realizan las marinas estadounidenses y surcoreanas y que tienen como principal función enviar una señal de disuasión a Corea del Norte. Estos ejercicios se iniciaron hoy domingo y terminarán el día miércoles de la próxima semana.
En términos generales, este hecho ha despertado una alarma internacional de proporciones. Casi al unísono, la comunidad internacional ha condenado este hecho mientras que en un comienzo, China -el principal aliado de Corea del Norte- se negó a catalogar el incidente como un "ataque norcoreano", sino que como "un intercambio de artillerías". Más allá de la nomenclatura, lo cierto es que es una señal preocupante que debería motivar la necesidad de retomar las conversaciones a seis bandas para la desnuclearización de la península coreana -que la componen las dos Coreas, Estados Unidos, China, Rusia y Japón- y que terminaron el año 2009 luego que Corea del Norte las abandonara producto de la sanción que realizó el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
En la actualidad, el conflicto en la península coreana ha tomado una dinámica diferente con este incidente. Es altamente improbable que -al menos por ahora- el Consejo de Seguridad de la ONU haga una condena con nuevas sanciones a Corea del Norte, porque el hacerlo sería apagar un incendio con bencina. Por otra parte, los ejercicios navales entre las marinas de Estados Unidos y Corea del Sur, no están enviando la señal de disuasión que esperan, ya que a Corea del Norte poco parece importarle la presencia de los casi 28.500 marines estadounidenses que se asientan en su vecino del sur desde que "terminó" el conflicto en 1953.
Sin embargo, este hecho sí ha tenido implicancias políticas importantes para Corea del Sur. El Ministro de Defensa surcoreano, Kim Tae-young ha renunciado a su cargo a dos días del bombardeo tras las fuertes críticas que ha recibido por parte de la oposición, ya que -bajo la lógica de ésta- la respuesta dada desde Seúl era demasiado tibia. Actualmente, el nuevo ministro de la cartera, Lee Hee-won, el ex asesor de seguridad nacional, será el encargado de llevar adelante los temas del ministerio. Otro efecto político importante es que Corea del Sur ha decidido suspender el envío de ayuda humanitaria que le estaba entregando a su vecino del Norte tras las inundaciones que azotaron al país durante el mes de agosto. Por último, no podemos dejar de lado las declaraciones de "venganza" que prometieron algunos líderes militares surcoreanos durante los funerales de sus marines abatidos durante el bombardeo del martes.
La tensión en la península es sumamente compleja, sin embargo, en el corto plazo es inviable una acción militar. Si bien Corea del Norte ha advertido con que los ejercicios militares que empezaron hoy las marinas de su vecino del Sur con Estados Unidos dejan a la región "al borde de la guerra", es altamente probable que los ejercicios no pasen de eso. Probablemente todo este incidente decante en un acuerdo económico que incluya ayuda en este campo para el régimen de Pyongyang. De todas formas, no olvidemos que nada es descartable. Como bien dijo Neville Chamberlain -un político conservador inglés- "Para hacer la paz se necesitan dos, pero para hacer la guerra, basta con uno solo".
Sin embargo, este hecho sí ha tenido implicancias políticas importantes para Corea del Sur. El Ministro de Defensa surcoreano, Kim Tae-young ha renunciado a su cargo a dos días del bombardeo tras las fuertes críticas que ha recibido por parte de la oposición, ya que -bajo la lógica de ésta- la respuesta dada desde Seúl era demasiado tibia. Actualmente, el nuevo ministro de la cartera, Lee Hee-won, el ex asesor de seguridad nacional, será el encargado de llevar adelante los temas del ministerio. Otro efecto político importante es que Corea del Sur ha decidido suspender el envío de ayuda humanitaria que le estaba entregando a su vecino del Norte tras las inundaciones que azotaron al país durante el mes de agosto. Por último, no podemos dejar de lado las declaraciones de "venganza" que prometieron algunos líderes militares surcoreanos durante los funerales de sus marines abatidos durante el bombardeo del martes.
La tensión en la península es sumamente compleja, sin embargo, en el corto plazo es inviable una acción militar. Si bien Corea del Norte ha advertido con que los ejercicios militares que empezaron hoy las marinas de su vecino del Sur con Estados Unidos dejan a la región "al borde de la guerra", es altamente probable que los ejercicios no pasen de eso. Probablemente todo este incidente decante en un acuerdo económico que incluya ayuda en este campo para el régimen de Pyongyang. De todas formas, no olvidemos que nada es descartable. Como bien dijo Neville Chamberlain -un político conservador inglés- "Para hacer la paz se necesitan dos, pero para hacer la guerra, basta con uno solo".
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