sábado, 5 de diciembre de 2009

Las elecciones bolivianas y el futuro panorama bilateral con Chile

Desde la celebración de los comicios presidenciales en Uruguay del 25 de octubre, América Latina comenzará a experimentar una serie de elecciones presidenciales donde se puede alterar de manera importante el panorama político de la región. Ya fuimos testigos de lo que ocurrió en Uruguay y Honduras -en este último con la gran polémica que todos conocemos- y ahora, es el turno de los bolivianos que para mañana domingo 6 de diciembre deberán escoger un Presidente, un Vice-Presidente y 166 miembros de la futura Asamblea Legislativa Plurinacional, que será el órgano que sustituirá al Congreso, actualmente dominado por la oposición.

Este proceso viene precedido con la aprobación de la Nueva Constitución boliviana aprobada a inicios de este año y que establece en su artículo 168 la posibilidad para un Presidente de optar a la reelección por una sola vez. Evo Morales, quien es actualmente el Presidente de la nación vecina -y por cierto el candidato con la clara ventaja de salir reelecto- podrá hacer uso de ese artículo como si para esta elección, estuviera ejerciendo su primer mandato presidencial. Esto es posible, porque el Movimiento al Socialismo de Bolivia determinó que Morales podrá gozar de ese beneficio porque la Constitución entrará en vigencia desde esta elección en adelante, de manera que Morales -de salir reelecto para mañana domingo- puede perfectamente volver a postular a la presidencia para las elecciones de 2015.

La Carta Magna boliviana fue ampliamente debatida desde su redacción en octubre de 2008, pero finalmente contó con la aprobación necesaria para entrar en vigencia.

Según los sondeos hechos para la carrera presidencial, los analistas coinciden en que Morales claramente se perfila como el vencedor de las elecciones del domingo. El tema no es ver si gana Morales, sino más bien, por cuánto ganará.

La prestigiosa empresa Gallup International, hizo una encuesta a poco más de tres meses de celebrar las elecciones y hasta ese momento, de los ocho candidatos a la presidencia, Evo Morales tenía el 57,7% de las preferencias, seguido por sus contendores de derecha y centroderecha, Manfred Reyes Villa (Partido Plan Progreso para Bolivia) con un 8,7% y Samuel Doria Medina (Unidad Nacional) con un 9,7%, respectivamente. El resto de los candidatos como Román Loayza, Alejo Véliz, René Joaquino, Rimer Choquehuanca y María Flores tienen posibilidades marginales de poder enfrentarse a Morales, por lo que en las mismas encuestas ni siquiera consideran sus porcentajes de adhesión. La carrera presidencial de mañana estará marcada por los tres primeros candidatos, pero que en los casos de Reyes Villa y Doria Medina, tendrán posibilidades casi nulas de hacerle peso a una candidatura de Evo Morales que fue superior a las demás en todos los aspectos. Frente a una oposición fragmentada durante casi toda la campaña presidencial -por no decir toda- es poco probable que puedan derrotar al líder cocalero. Ello, es lo que probablemente nos mostrarán las elecciones de mañana.

Tampoco hay que olvidar que mañana no solo se escogerán los principales cargos de la dirección política de la nación, sino que también ese mismo día, cinco departamentos van por un referendo sobre autonomía y la provincia Gran Chaco (Tarija) se pronunciará sobre su autonomía regional.

Además, doce municipios irán a un referendo por autonomía indígena: Huacaya, Tarabuco, Villa Mojocoya, Charazani, Jesús de Machaca, Chipaya, San Pedro de Totora, Pampa Aullagas, Salinas de Garci Mendoza, Curahuara de Carangas, Chayanta y Charagua.

En rigor: ¿Cómo afectará todo este proceso y especialmente las elecciones presidenciales bolivianas en la relación con nuestro país?

Realmente por lo visto hasta ahora, la relación chileno-boliviana probablemente nunca estuvo mejor desde que se rompieron las relaciones diplomáticas en 1978 y si bien, actualmente las relaciones no son de un carácter diplomático, se han podido emular como tales gracias a la creación de la agenda de trece puntos, que busca un mejoramiento en las relaciones bilaterales con el país altiplánico. En esos trece puntos se busca solucionar el dilema de la mediterraneidad boliviana, el uso de las aguas del Silala, entre otros temas. Francamente, es de esperar que esto se sostenga en el tiempo; pero el panorama no parece ser muy alentador en vista de lo siguiente.

La relación que ahora marque el ámbito bilateral, estará marcada por tres factores íntimamente relacionados.

El primero es el factor Bolivia, ya que una buena parte de la relación bilateral, dependerá del mandatario que esté en Palacio Quemado. Con Evo Morales ya hemos visto que es posible llevar una relación fructífera y -considerar a priori- que salga nuevamente electo, no pareciera tener un mayor revés en el ámbito bilateral.

El segundo factor, es la carrera presidencial de Chile. Nuestra república se ha caracterizado por llevar adelante las relaciones internacionales -y especialmente las vecinales- como una política de Estado. Basándonos en los resultados de las encuestas locales, los tres candidatos con más posibilidades de llegar a La Moneda, han mencionado que pretenden dar un acceso al mar para nuestro vecino país sin ceder soberanía. Claramente algunos con más pragmatismo que otros, pero todos coinciden en ese punto.

Finalmente el tercer factor -y a la vez el más decisivo- es la demanda marítima peruana ante la Corte de La Haya. Por más que se insista en que la demanda es un problema entre Chile y Perú, lo cierto es que ésto influirá en la relación fructífera que se venía dibujando en las relaciones chileno-bolivianas. Si el resultado en la Corte nos fuera adverso, Bolivia seguirá intentando obtener su mediterraneidad en costas chilenas. Además, este punto dejará en signo de interrogación la forma de cómo se aborde la mediterraneidad boliviana tanto en el gobierno chileno como boliviano. Por lo tanto, no se puede saber con certeza cómo nos podrían afectar la suma de estos tres factores.

A primera vista, sólo podremos saludar de manera protocolar el muy probable triunfo de Morales en las urnas. Luego, concentrarnos en la elección que a nosotros nos tocará vivir, pero con la demanda peruana, seguiremos teniendo una piedra en el zapato para mejorar las relaciones vecinales del norte. Si se pensaba que la demanda peruana sería el fin a los conflictos vecinales, estamos equivocados. Esto recién comienza...

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