viernes, 23 de octubre de 2009

El devenir de Honduras

La crisis en Honduras está tomando un giro importante tras los últimos acuerdos -o más bien, desacuerdos- de las delegaciones del destituido mandatario José Manuel Zelaya y del gobierno de facto, encabezado por Roberto Micheletti. Mayra Mejía - integrante del equipo de Zelaya- había declarado hace pocas horas atrás: "Damos por agotado el diálogo, no podemos seguir dando plazos".

La declaración anterior, acrecenta la incertidumbre sobre la situación en Honduras, especialmente en momentos donde las elecciones presidenciales del próximo 29 de noviembre, son inminentes para el país caribeño.

No pretendo ahondar en las cuestiones de fondo del problema, porque para toda persona que haya seguido de cerca el conflicto del país centroamericano, ya puede sacar sus propias ideas sobre la dinámica de la crisis que -en los próximos cinco días- ya cumplirá cuatro meses de violencia. En su lugar, me propongo a esbozar cuál sería el escenario que le espera al castigado país en base a las posiciones de las partes, así como a las señales visibles desde una perspectiva politológica.

Lo primero que debemos tener en cuenta, es que el punto de mayor conflicto en la búsqueda para la solución de la crisis, pasa por el reestablecimiento de Zelaya en el poder. Esto no le ha traído un problema solo al presidente costarricense Oscar Arias -quien se ofreció como mediador para lograr un mejor entendimiento entre las partes- sino que a toda la comunidad latinoamericana que en mayor o menor medida ha buscado el reestablecimiento del destituido mandatario. Por lo tanto, el Acuerdo de San José que propuso el presidente costarricense, pese a que ha tenido avances importantes, sigue estando trabado en el tópico que trata de la restitución de Zelaya y ahí no es novedad que los intereses de las partes sean completamente contrapuestos. El hecho que Zelaya y Micheletti no den su brazo a torcer, es un hecho que no hace más que acrecentar los enfrentamientos entre el Frente de Resistencia contra el Golpe de Estado y las fuerzas de seguridad que custodian Tegucigalpa.

Lo segundo, es el matiz creciente que se ha venido manifestando en términos del protagonismo que ha adquirido el mencionado frente de lucha popular. Mientras en un comienzo se perfiló como un movimiento interno de lucha contra el Golpe de Estado, ha tratado de internacionalizar sus demandas con una serie de reuniones, especialmente con diputados franceses para el no reconocimiento de las elecciones de noviembre próximo. De todas formas, la comunidad internacional representada por Naciones Unidas, ya había condicionado la legitimación de las elecciones dependiendo del reestablecimiento del orden constitucional, es decir, mediante el reposicionamiento "inmediato" de Manuel Zelaya en el poder. Sin embargo, es menester resaltar la fuerza que han adquirido estas organizaciones en su condición de propagadoras de información.

Lo tercero -y más llamativo a mi juicio- es lo que Zelaya ha comentado respecto a su pretensión de volver al poder. Ahí ha dicho: "no pretendo más que cumplir con la responsabilidad del mandato que me dio el pueblo de gobernar el país cuatro años ". Los que recuerden el inicio del conflicto, saben que la motivación a que los militares sacaran a Zelaya del poder, fue la creación de la cuarta urna, donde se hacía una consulta para llamar a una Asamblea Constituyente con la finalidad de permitir la reelección. Los que estudiamos la política, sabemos que tanto en la vida como en el ejercicio del poder, nada se hace gratis y por lo tanto, es ingenuo imaginar que sólo se pretendía saber la opinión de los hondureños. Eso fue lo que generó todo el conflicto al estar en directa contraposición con la Carta Magna que en su artículo cuatro declara que "la alternabilidad en el ejercicio de la Presidencia de la República, es obligatoria. La infracción de esta norma, constituye un acto de traición a la Patria".

Lo que hay que tener claro respecto a lo anterior, es que aún habiendo un acto de traición a la Patria, el depuesto mandatario debía ser juzgado por los canales jurídicos pertinentes y no haber sido desalojado violentamente de su residencia con las consecuencias que todos conocemos.

En suma, ambas partes cayeron en un error y ninguna de ellas lo reconoce. Lo que sí todos los que observamos atentamente la evolución del conflicto reconocemos, es que estamos lejos de conseguir una solución que beneficie al pueblo hondureño, que ha sido el más perjudicado con toda la crisis.

En conclusión ¿Qué nos espera en Honduras?.

A mi juicio, las partes seguirán con una negociación infructuosa en su parte más conflictiva, las elecciones del 29 de noviembre se realizarán con la pérdida de legitimidad que constatarán diversos bloques regionales y otras organizaciones internacionales como Naciones Unidas. Micheletti, le dará el poder a un sucesor de elecciones "viciadas" -como lo dirán algunos- y en síntesis, las expectativas de inversión en Honduras, se reducirán a niveles críticos. El nuevo mandatario será acosado internacionalmente y la percepción de inseguridad en el pueblo hondureño no cesará, primero porque las manifestaciones se mantendrán y segundo, porque habrán menos inversiones para el desarrollo del país, lo que traerá un mayor índice de cesantía y pobreza. Los informes que haga Naciones Unidas en su próxima emisión del Indice de Desarrollo Humano, serán cruciales para poder hacer un antes y un después de esta trágica crisis política.

De todas formas, queda un poco más de un mes antes de las elecciones presidenciales para ver las declaraciones cruzadas entre las partes, sin llegar a un acuerdo concreto. En esto último, francamente espero equivocarme, pero viendo como se han dado las cosas, se ve bastante difícil una restitución de Zelaya en la presidencia.






1 comentario:

  1. Como que pienso que ya los conflictos internacionales tienen una dinámica común, que es irse a la evasiva. Yo cacho que por la misma razón de no querer tener conflictos armados y tener como, a la hora de negociar estas huebás, la concepción que de la forma más drástica no se solucionan las weas. Por eso creo que se mantienen, tanto en Irak y conflicto de corea, como honduras e Israel, las discusiones eternas sin solución

    no sé, pienso yo esa wam xd

    Saludos men :D

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