El próximo 5 junio se desarrollará en Perú el balotaje que determinará cuál de los dos candidatos presidenciales -Ollanta Humala representando al conglomerado Gana Perú o Keiko Fujimori, representando a Fuerza 2011- se quedará con la primera magistratura del país del Rímac.
Las elecciones en Perú al menos desde la década de los noventa ha presentado una tendencia muy interesante de revisar desde el punto de vista del comportamiento electoral. Anteriormente ya habíamos tratado este tema en otra columna, cuando mencionábamos algunos puntos interesantes respecto a los balotajes en algunos países de América Latina en el marco de la eventual elección de Dilma Rousseff en Brasil.
Sucede que en el caso peruano, en resumidas cuentas, la hipótesis que planteamos en aquella ocasión es que -basándonos en las últimas elecciones presidenciales peruanas- el candidato que pasa en la segunda preferencia al balotaje, termina siendo electo en este proceso. No son pocos los casos donde podemos afirmar esto último. En la elección del noventa entre Alberto Fujimori y Mario Vargas Llosa, el primero pasaba al balotaje con la segunda preferencia capitalizando un poco menos del 25% de las preferencias mientras que el escritor peruano se presentaba como el favorito con el 27,61% de los votos. Sin embargo, en la segunda vuelta fue Fujimori quien se impuso a pesar de presentarse en la segunda preferencia.
El mismo fenómeno se presentó para las elecciones del 2006, cuando pasaron a segunda vuelta el abanderado del APRA -y hasta el momento actual Presidente del Perú- Alan García y el candidato por el Partido Nacionalista Peruano, Ollanta Humala. Recordemos que en aquella ocasión, Humala se posicionaba en la primera preferencia concentrando el 30,6% de los votos, mientras que García estaba en la segunda preferencia con el 24,3% de las preferencias. Para la segunda vuelta, sucedió lo mismo: el candidato de la segunda preferencia se impuso en el proceso.
Actualmente, si hacemos una breve lectura del escenario electoral de la primera vuelta, -desarrollada el pasado 10 de abril- observaremos que Ollanta Humala nuevamente se presenta como el favorito con el 31,6% de los votos, mientras que Keiko Fujimori obtiene un 21,4% de las preferencias. Si se mantiene esta tendencia que casi uniformemente se ha presentado en las últimas elecciones presidenciales peruanas, es Keiko Fujimori quién debería salir electa el próximo 5 de junio.
Los motivos que pueden explicar este interesante fenómeno electoral son varios, algunos con un trasfondo estructural y otros con un trasfondo coyuntural. Dentro de los estructurales, podemos mencionar como el más importante la alta volatilidad electoral, la cual surge como consecuencia del "abanico" de candidatos que tienden a presentarse en la primera vuelta. Basta con recordar que en la primera vuelta se presentaron trece candidatos -según la información que estaba hasta enero de este año-.
Esto genera una confusión en el electorado en la medida que se le hace más difícil discernir la distancia ideológica que separa a los candidatos.
El motivo coyuntural, es que actualmente el discurso político de Humala -que ahora por segunda vez tiene la posibilidad de disputar un balotaje- debe "suavizarse" en materias como las relaciones exteriores y el manejo de la economía. En todo caso, hay una señal importante que se envió a nuestro país cuando Humala nuevamente instaló la idea de que "Chile le debe un perdón al Perú" por la venta de armas a Ecuador en la Guerra del Cóndor (1995) y por las acusaciones de espionaje que surgieron el 2009. Para no pocos analistas, las relaciones chileno-peruanas en una eventual administración humalista, se volverían tormentosas. Esto, no sólo por este tipo de señales, sino que también por las inversiones de capitales chilenos en Perú. También está presente la idea que Humala presentó hace meses para "peruanizar" económicamente Arica. Este tipo de declaraciones capitaliza un apoyo electoral, especialmente en las regiones fronterizas con nuestro país.
En todo caso, consideramos improbable una investidura de Humala en Palacio Pizarro. Nuevamente queremos reafirmar lo mismo que planteamos en octubre del 2010. El reacomodo electoral y la débil capacidad de generar acuerdos por parte del candidato de Gana Perú, sentará las bases para que Keiko Fujimori pase a ser la primera mandataria del Perú. Esto también se verá reforzado en base a las observaciones que hemos hecho en las últimas elecciones presidenciales peruanas, donde podemos constatar casi como una tendencia, la hipótesis que señalábamos al inicio de la columna.
Evidentemente, habrá que mirar con atención la capacidad de generar acuerdos que presenten ambos candidatos. Aún queda poco más de un mes para ver cómo se configurará el ambiente previo al balotaje, de manera que los "reacomodos" electorales y los nuevos pactos políticos que surjan serán cruciales para determinar al próximo o próxima representante del Estado peruano.
El futuro Jefe o Jefa del Estado peruano, tendrá una labor no menor en el manejo de la política bilateral con Chile, ya que tendrá que manejar el escenario político una vez que la Haya emita su sentencia por el diferendo marítimo que actualmente se mantiene en la Corte. De ahí que sea comprensible entender el motivo del por qué políticos y analistas chilenos sigan con atención el proceso electoral de Perú.
Las elecciones en Perú al menos desde la década de los noventa ha presentado una tendencia muy interesante de revisar desde el punto de vista del comportamiento electoral. Anteriormente ya habíamos tratado este tema en otra columna, cuando mencionábamos algunos puntos interesantes respecto a los balotajes en algunos países de América Latina en el marco de la eventual elección de Dilma Rousseff en Brasil.
Sucede que en el caso peruano, en resumidas cuentas, la hipótesis que planteamos en aquella ocasión es que -basándonos en las últimas elecciones presidenciales peruanas- el candidato que pasa en la segunda preferencia al balotaje, termina siendo electo en este proceso. No son pocos los casos donde podemos afirmar esto último. En la elección del noventa entre Alberto Fujimori y Mario Vargas Llosa, el primero pasaba al balotaje con la segunda preferencia capitalizando un poco menos del 25% de las preferencias mientras que el escritor peruano se presentaba como el favorito con el 27,61% de los votos. Sin embargo, en la segunda vuelta fue Fujimori quien se impuso a pesar de presentarse en la segunda preferencia.
El mismo fenómeno se presentó para las elecciones del 2006, cuando pasaron a segunda vuelta el abanderado del APRA -y hasta el momento actual Presidente del Perú- Alan García y el candidato por el Partido Nacionalista Peruano, Ollanta Humala. Recordemos que en aquella ocasión, Humala se posicionaba en la primera preferencia concentrando el 30,6% de los votos, mientras que García estaba en la segunda preferencia con el 24,3% de las preferencias. Para la segunda vuelta, sucedió lo mismo: el candidato de la segunda preferencia se impuso en el proceso.
Actualmente, si hacemos una breve lectura del escenario electoral de la primera vuelta, -desarrollada el pasado 10 de abril- observaremos que Ollanta Humala nuevamente se presenta como el favorito con el 31,6% de los votos, mientras que Keiko Fujimori obtiene un 21,4% de las preferencias. Si se mantiene esta tendencia que casi uniformemente se ha presentado en las últimas elecciones presidenciales peruanas, es Keiko Fujimori quién debería salir electa el próximo 5 de junio.
Los motivos que pueden explicar este interesante fenómeno electoral son varios, algunos con un trasfondo estructural y otros con un trasfondo coyuntural. Dentro de los estructurales, podemos mencionar como el más importante la alta volatilidad electoral, la cual surge como consecuencia del "abanico" de candidatos que tienden a presentarse en la primera vuelta. Basta con recordar que en la primera vuelta se presentaron trece candidatos -según la información que estaba hasta enero de este año-.
Esto genera una confusión en el electorado en la medida que se le hace más difícil discernir la distancia ideológica que separa a los candidatos.
El motivo coyuntural, es que actualmente el discurso político de Humala -que ahora por segunda vez tiene la posibilidad de disputar un balotaje- debe "suavizarse" en materias como las relaciones exteriores y el manejo de la economía. En todo caso, hay una señal importante que se envió a nuestro país cuando Humala nuevamente instaló la idea de que "Chile le debe un perdón al Perú" por la venta de armas a Ecuador en la Guerra del Cóndor (1995) y por las acusaciones de espionaje que surgieron el 2009. Para no pocos analistas, las relaciones chileno-peruanas en una eventual administración humalista, se volverían tormentosas. Esto, no sólo por este tipo de señales, sino que también por las inversiones de capitales chilenos en Perú. También está presente la idea que Humala presentó hace meses para "peruanizar" económicamente Arica. Este tipo de declaraciones capitaliza un apoyo electoral, especialmente en las regiones fronterizas con nuestro país.
En todo caso, consideramos improbable una investidura de Humala en Palacio Pizarro. Nuevamente queremos reafirmar lo mismo que planteamos en octubre del 2010. El reacomodo electoral y la débil capacidad de generar acuerdos por parte del candidato de Gana Perú, sentará las bases para que Keiko Fujimori pase a ser la primera mandataria del Perú. Esto también se verá reforzado en base a las observaciones que hemos hecho en las últimas elecciones presidenciales peruanas, donde podemos constatar casi como una tendencia, la hipótesis que señalábamos al inicio de la columna.
Evidentemente, habrá que mirar con atención la capacidad de generar acuerdos que presenten ambos candidatos. Aún queda poco más de un mes para ver cómo se configurará el ambiente previo al balotaje, de manera que los "reacomodos" electorales y los nuevos pactos políticos que surjan serán cruciales para determinar al próximo o próxima representante del Estado peruano.
El futuro Jefe o Jefa del Estado peruano, tendrá una labor no menor en el manejo de la política bilateral con Chile, ya que tendrá que manejar el escenario político una vez que la Haya emita su sentencia por el diferendo marítimo que actualmente se mantiene en la Corte. De ahí que sea comprensible entender el motivo del por qué políticos y analistas chilenos sigan con atención el proceso electoral de Perú.
Es una apreciacion logica por lo que puedo ver y espero que gane la razon en mi pais por que sino seria un partido nuevo y radical como "PIERDE PERU" pero no en el 2011 sino comenzaria la pesadilla en el 2011 y solo Dios sabe lo que nos esperaria si fuera el caso , la ruina del Peru desde los tiempos de Velasco que desde ya no hemos terminado de pagar ese gran pecado y ya ha pasado mas de treinta años y que pena que los mas inteligentes como VARGAS LLOSA no le importe el Peru solo por su afan personalista DIOS BENDIGA EL PERU GOD BLESS PERU
ResponderEliminarComenzemos desde ya a trabajar por salvar al Peru por eso nesecitamos recordar a los 13 del Gallo
al Norte a Venezuela,Cuba,Bolivia,Nicaragua,Ecuador? a ser pobres o al sur a Peru,Chile,Colombia,Brasil a ser exitosos ustedes escogan