miércoles, 31 de marzo de 2010

Rusia y el separatismo en el Cáucaso

La desintegración de la URSS sigue siendo un tema latente para los conflictos que hoy Rusia tiene que atravesar. Por supuesto que la lógica del conflicto se ha manifestado de una forma distinta, pero lo que se ve en Chechenia, Ingushetia, Daguestán, Georgia y otras regiones del Cáucaso, siguen manifestando un sentimiento creciente de autodeterminación e independencia como producto del afán ruso de negarse a perder una esfera de influencia importante en la región.

Es una independencia que se hace necesaria para estas repúblicas, especialmente si tomamos en cuenta la enorme diversidad étnica y linguística que poseen y que por motivos históricos, han sido habitadas -y reprimidas en otros casos- por la Rusia zarista, el imperio Turco y que han despertado un especial interés en una serie de naciones europeas debido a la ubicación estratégica que poseen estas repúblicas rebeldes.

No pretendo ni quiero hacer una revisión exhaustiva de lo que ocurre con todas las repúblicas, pero quisiera centrarme en lo que se ha visto estos últimos días a propósito de los atentados al metro de Moscú, por parte de una organización llamada "Las viudas negras" en referencia a un conjunto de mujeres islámicas que han sido esposas de ex-guerrilleros daguestanes, chechenos e ingushes, siendo éstos abatidos en combate por las fuerzas de seguridad rusas.

El especial caso de Chechenia se hace relevante de analizar -ya que es el que le ha producido un mayor daño moral a los rusos en los últimos diez años- Basta con recordar un precedente hace no mucho tiempo cuando en septiembre del 2004 un grupo de separatistas chechenos se tomaron una escuela de niños en Beslán, una región ubicada en Osetia del Norte, Rusia; lugar desde donde -luego de un enfrentamiento con el ejército ruso- asesinaron a más de 300 personas, siendo más de la mitad de éstas, menores entre los seis y catorce años.

El conflicto entre los rusos y chechenos es bastante antiguo, de hecho llevan siglos luchando. Según lo que nos aporta la historia, la primera gran guerra entre ellos, se dio entre 1853 y 1859 entre el Imperio Ruso y los checheno-musulmanes liderados por Shamil -un hombre de etnia imam que tuvo la capacidad de unificar la voluntad de los musulmanes para luchar contra el imperialismo zarista- Durante este período se consolida la primera independencia de los chechenos, quienes fundan la capital en Grozny (que en ruso significa "terrible")

Luego, en medio de la Segunda Guerra Mundial, Stalin acusa a los chechenos de colaborar con Hitler y por lo tanto, toma la decisión de deportarlos en forma masiva a Asia Central y Siberia, siendo transportados en trenes decenas de miles de hombres, mujeres y niños. Se cree que cerca del 50% murió de tifus en medio del trayecto y del resto, poco y nada se supo.

Ya bajo el liderazgo de Nikita Kruschev, en 1957 los chechenos son amnistiados, pudiendo volver a su territorio, aunque como es de esperarse, con grandes limitaciones. La suma de estos fenómenos despertó en los chechenos un sentimiento de odio hacia los rusos que hasta ahora, no parece modificarse en lo sustancial.

Cuando la caída del Muro de Berlín era inminente, se dio la oportunidad para que los chechenos consolidaran su independencia del manto soviético y así lo materializaron con los esfuerzos de Dzojar Dudaev, un ex General soviético que es elegido como Presidente interino y quien proclama la independencia de Chechenia.

Dadas las prioridades internacionales, para Moscú era menor lo que ocurría en esa república, de manera que le restó importancia. Con el paso del tiempo, la gestión de Dudaev empieza a fracasar, lo que ocasiona que se formen muchas bandas organizadas que operaban no solo al interior de Chechenia, sino que se expanden más allá de sus fronteras, llegando a Rusia.

Ya en 1994 siendo Boris Yeltsin el mandatario ruso, recibe la recomendación de sus Generales para iniciar un ataque y así estabilizar la región que se vio afectada por una animadversión creciente de independencia étnica, pero también para asegurar los oleoductos que cruzaban el Cáucaso.

Ya en ese tiempo, los chechenos recurrieron a las tácticas subversivas como la "guerra de guerrillas" y los secuestros, dándole de esta forma cuantiosas pérdidas humanas, materiales y morales a los rusos; quienes se vieron en la obligación de negociar. Dichas negociaciones se dieron en agosto de 1996 entre el General ruso Alexander Lébed y el nuevo líder checheno, Aslán Masjadov; quienes firman en conjunto los Acuerdos de Jasaviurt, comprometiéndose mutuamente un cese al fuego, la retirada de los tanques del ex-ejército rojo y el cumplimiento durante cinco años del estatuto político de Chechenia. Hasta ahí, parecía lograrse la paz, aunque no el reconocimiento internacional de Chechenia.

El problema vino cuando Masjadov cae en el mismo error de Dudaev. El estado de ingobernabilidad se apoderó de Chechenia. El tráfico de armas, el robo de petróleo y otros problemas se hacían comunes, pero se agudizaron cuando un grupo radical de chechenos liderados por Shamil Basaev toma el control de Grozny y otras localidades. Estos grupos eran los sospechosos de perpetrar un atentado triple en septiembre de 1999 en Moscú, donde murieron más de 200 personas y dejando al gobierno del entonces Presidente ruso, Vladimir Putin en una situación muy compleja.

Rusia decide declarar una guerra abierta contra estos grupos chechenos, pero como en todos los conflictos actuales, los más afectados son los civiles. Se cree que en los últimos diez años, al menos el 10% de la población chechena ha muerto como producto de bombardeos, motivando un éxodo de desplazados hacia la vecina Ingushetia.

Así se ha mantenido un conflicto latente, histórico y particularmente brutal que está lejos de desaparecer en esas latitudes del planeta. La diferencia, es que ahora el conflicto se levanta ante la cruzada internacional contra el terrorismo y así Rusia esperará conseguir apoyo en su causa.

Así como Rusia apoyó a Estados Unidos para la guerra en Afganistán -y como lo sigue apoyando en las sanciones económicas contra Irán y Corea del Norte- Rusia esperará el apoyo de los estadounidenses para la aniquilación de las células islamistas en Chechenia, Ingushetia y Daguestán.

Como podemos ver, para Rusia es fundamental contener a los grupos rebeldes chechenos ya que históricamente podemos apreciar que la presencia de éstos, no es sano para su supervivencia y lo es menor aún, en su voluntad de perfilarse como una nación hegemónica en Europa del Este.

Lamentablemente para algunos, los conflictos actuales están fuertemente marcados por aspectos étnicos y religiosos. Especialmente el último caso, hace difícil llegar a una mesa de negociaciones, por lo tanto, si es por analizar fríamente la situación, los conflictos actuales parece que terminarán sólo cuando una de las dos partes sea exterminada o que por lo menos, una de ellas no se vea ni con la más mínima capacidad de acceder a un rearme logístico, sometiéndose así, a la voluntad de la otra.

Por lo pronto, si la contraofensiva rusa da resultado o no, está por verse, pero lo cierto es que ninguna de las dos partes dará su brazo a torcer hasta que la totalidad de sus intereses se de por satisfecho.


miércoles, 24 de marzo de 2010

Desafíos futuros de la OEA ante las elecciones de su Secretario General

Sabemos que la celebración de elecciones libres, competitivas y transparentes, son el sustento ideológico y práctico de toda democracia. Lamentablemente, esta premisa no puede ser aplicable -al menos por esta ocasión- a la Organización de Estados Americanos, ya que para esta última elección de su Secretario General, no contó con candidatos que pudieran hacerle el contrapeso a la figura de José Miguel Insulza.

Hubiese sido interesante contar con al menos una opción a la candidatura de nuestro connacional y así, ver cómo los países hubiesen mostrado -desde un punto de vista más abierto- su elección por una u otra alternativa; pero sencillamente en esta oportunidad, algunos se limitaron a abstener la preferencia por el chileno debido a esta ausencia de competidores. También hubiese sido especialmente relevante observar nuevas caras en momentos donde la figura del "pánzer" estaba siendo duramente cuestionada por la ineficacia con que se operó durante la crisis hondureña del 2009. Debido a esta falta de protagonismo institucional -al ser asumida prácticamente de facto, por el ex mandatario costarricense Oscar Arias- mostró la imagen de una OEA que sencillamente quedó superada por una crisis que la sobrepasó tanto desde el punto de vista prágmatico, como real. Estas dos primeras razones son netamente coyunturales, pero también tenemos otra de carácter estructural y que sería un tercer argumento para sostener que la OEA ha estado pasando por un proceso creciente de degradación. Recordemos que la OEA fue fundada en un marco de Guerra Fría, siendo Estados Unidos su principal precursor y sostenedor económico. Hasta el día de hoy, Estados Unidos sigue siendo el Estado miembro que aporta más recursos para el funcionamiento del organismo regional. A grandes rasgos, se sabe que aporta con alrededor del 60% del presupuesto, por lo tanto, es natural que algunos países se muestren escépticos ante una hegemonía indirecta -o más directa para otros- de los intereses estadounidenses en la región.

Todo esto, ha traído un fenómeno que se ha estado forjando con fuerza en el hemisferio, que guarda relación con la creación de un "abanico institucional" alternativo a la OEA. Si durante la crisis hondureña, la imagen de la OEA se vio debilitada, probablemente la carta que jugará en los próximos meses será su as bajo la manga, porque sencillamente ya no tendrá otra oportunidad.

Lo que hace poco más de un mes se vio en Cancún -durante la reunión del Grupo de Rio- evidencia claramente esto. En este sentido, ya se manifestó explícitamente la intención de formar un bloque alternativo a la OEA y así lo trabajarán sus Estados miembros durante sus próximas reuniones. Por lo tanto, es claro que si la OEA no hace bien su función de velar por la seguridad y la estabilidad democrática del hemisferio, sencillamente no hará más que profundizar esta percepción en no pocos países.

Los desafíos que se le vienen a la OEA son varios, pero podrían resumirse en tres puntos. Primero, adquirir un papel más proactivo con los gobiernos que estén sufriendo crisis sociales o institucionales para evitar casos como el de Honduras; siempre teniendo como norte, la defensa de la Carta Interamericana y de Naciones Unidas. Segundo, establecer más autonomía financiera a los países de la región para no tener un "manto económico" estadounidense por sobre el pluralismo y necesidades del hemisferio. Tercero y último, mejorar las cláusulas que dicen relación con la presentación de los candidatos a la Secretaría General, así como al proceso eleccionario del cargo.

Si se mejoran estos aspectos, probablemente la OEA tenga un repunte modesto a nivel general, pero viendo cómo se han desarrollado los acontecimientos, es incierto el panorama y especialmente después de lo que manifestó el mismo pánzer tras su elección, cuando mencionó: "seguiremos luchando por fortalecer la democracia representativa que nos hemos ganado con tanto esfuerzo". ¿Qué pasaría entonces con la democracia directa que se imparte en Venezuela, Cuba, Nicaragua y otros países del eje bolivariano?

Sería interesante ver la relación que ahora se empiece a gestar entra la OEA/ALBA o entre la misma OEA y sus Estados miembros. Da la impresión que ahora más que nunca, la OEA tiene las cosas cuesta arriba.

sábado, 20 de marzo de 2010

La necesidad de firmar un nuevo tratado antimisiles: El caso START II

Estados Unidos y Rusia -que han sido dos enemigos fuertemente enfrentados durante la Guerra Fría- parecen entrar en una nueva fase de acercamiento en sus relaciones bilaterales desde la investidura de Barack Obama en la Casa Blanca. Recordemos que en esa línea, hubo un fuerte simbolismo que se presenció en marzo del 2009 por la visita de la Secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton al canciller ruso Sergei Lavrov para "resetear" las relaciones entre ambos países que se vio fuertemente tensionada durante la administración Bush, ya que el ex mandatario estadounidense autorizó el despliegue de un escudo antimisiles en Polonia y República Checa para contrarestar la amenaza misilística iraní y norcoreana en sus aliados europeos. Ante esto, el entonces Presidente ruso, Vladimir Putin manifestó que Rusia tenía la plena convicción de que este escudo representaba una amenaza directa para sus intereses estratégicos y que por lo tanto, se ordenó que a modo de respuesta se tendrían que apuntar a nuevos objetivos en Europa y que le correspondía a sus Fuerzas Armadas escoger esos objetivos junto con definir "la opción entre misiles crucero y misiles balísticos". Como podemos ver, este problema trajo una relación muy áspera entre Moscú y Washington, pero que desde la llegada de Obama, parecía mejorarse el panorama.

Precisamente este último punto ha sido la piedra en el zapato para alcanzar un acuerdo significativo en el tratado START (Strategic Arms Reduction Treaty, por sus siglas en inglés) el cual, en su primera versión llamada 'START I' -firmada en julio de 1991 entre Estados Unidos y la entonces Unión Soviética- buscaba limitar en 6.000 las ojivas nucleares en los arsenales de cada uno de estos países. Datos que actualmente han sido proporcionados por las administraciones de Moscú y Washington, se estima que Estados Unidos tendría 5.576 ojivas nucleares y 1.198 vectores (misiles intercontinentales, embarcados a bordo de submarinos y de bombarderos estratégicos). Por su parte, Rusia contaría con 3.909 ojivas y 814 vectores. Basándonos en estos datos, podemos decir que el tratado "START I" ha dado resultado, pero bien sabemos que los arsenales nucleares reales no son, ni serán dados a conocer por motivos de seguridad nacional.

De todas formas, las necesidades estratégicas globales ante un eventual enfrentamiento entre dos superpotencias, ha disminuido como producto de la emergencia de nuevos focos de poder a lo largo y ancho del planeta. Ya no se justifica que dos países que anteriormente fueron rivales, cuenten con semejantes arsenales nucleares, en momentos donde se expresa un escenario mundial que por un lado, muestra que el poder nunca antes se vio tan difusamente distribuido y por otro, muestra que los enemigos potenciales, están dejado de ser en forma creciente, los propios Estados.

Por lo tanto, es imperioso buscar fórmulas para seguir disminuyendo estos arsenales nucleares, sobretodo porque el anterior tratado START I, expiró en diciembre del año pasado. La nueva apuesta por seguir avanzando en el desarme nuclear, ahora llamada START II pasa por disminuir entre 1.500 y 1.675 las ojivas nucleares y en alrededor de 500 a 1.100 los vectores.

Sería interesante que esta nueva etapa del desarme nuclear se manifieste, pero Moscú ha puesto una condición para ello: Que el escudo antimisiles en República Checa y Polonia, sea desactivado. Esta condición ha sido puesta hace unos días por la Duma (la cámara baja del parlamento ruso) quien amenazó con no ratificar el tratado mientras no se incluya el tema de la desactivación del escudo antimisiles en Europa. Ya el mismo Barack Obama había argumentado que el escudo "está dirigido contra un posible ataque de Irán o Corea del Norte y sería ineficaz contra un potencial tan enorme como el que posee Rusia". Sin embargo, se ha llegado a un acuerdo para la creación de una comisión mixta de expertos, para que así, se puedan determinar objetivamente cuáles son o podrían ser las amenazas globales.

De todas formas, con esa declaración Barack Obama pretende hacer manifiesta la posición de que Estados Unidos no negociará ese punto y que de no ser posible, frenará todo intento por llegar a un avance significativo en materia nuclear. Para responder ante las necesidades estratégicas estadounidenses, Rusia propone la creación de un escudo antimisiles capaz de proteger a todos los países del mundo ante las amenazas emergentes. Una iniciativa loable, pero incompatible con los intereses estadounidenses.

Así las cosas, Washington sigue y seguirá con la lógica de los sistemas de alianzas, donde se hace fundamental por un lado, proteger a sus aliados tradicionales, pero por otro, traer a su espectro de influencia a antiguos países bajo el dominio soviético, como es el caso de Polonia, precisamente uno de los países donde estaría instalado este escudo antimisiles.

La condición rusa es comprensible para el actual escenario global y doblememente comprensible si consideramos la necesidad de reducir aún más los arsenales nucleares. Si Barack Obama, fue premiado con el Nobel de la Paz bajo el argumento de "hacer esfuerzos extraordinarios por reforzar la diplomacia internacional y la cooperación entre los pueblos”, entonces podría ser interesante si en esta oportunidad, hace gala de este galardón, que -para bien o para mal- fue fuertemente cuestionado. Por lo tanto, tendremos que seguir de cerca, cómo evolucionan los acontecimientos en esta materia.






martes, 16 de marzo de 2010

"La hora del planeta" y los efectos del cambio climático

El próximo 27 de marzo se llevará a cabo una manifestación masiva en más de 1.600 ciudades del mundo, que es interpretada como una "toma de conciencia" en la lucha para minimizar los efectos del calentamiento global. Esta manifestación llamada "La hora del planeta" consiste en apagar -a las 20:30 hora local- las luces de edificios emblemáticos a lo largo y ancho del planeta durante una hora. Hasta el momento, ya se han sumado 105 países del orbe que ya han comprometido su participación, donde podemos ver que desde edificios como la Torre Eiffel, El Coliseo de Roma o el Obelisco de Buenos Aires, ya no estarán con energía eléctrica a la hora antes mencionada.

Esta medida -que no es nueva, ya que desde el 2007 se practica- busca llamar la atención de una serie de Estados, empresas transnacionales y/o organizaciones privadas para que tomen conciencia sobre el cambio climático, un fenómeno que nos lleva golpeando desde hace un buen tiempo, pero que hasta ahora, la sociedad mundial no ha tomado mayores medidas para paliar sus efectos.

Hay una rica bibliografía y estudios sobre este tema, pero cuando hablamos del calentamiento global, muchas personas creen que estamos hablando de efectos que nos golpearán a mediano o largo plazo, cuando es hoy mismo, que estamos siendo víctimas de sus efectos. Los informes más recientes, dan cuenta de la desaparición del 85 por ciento de las nieves del formidable Monte Kilimanjaro en Tanzania, la cumbre más alta del continente africano. En el Perú, existe preocupación por el retroceso del glaciar cuzqueño de Quelccaya, el mayor del mundo en las latitudes tropicales. A mediados de los 70, el glaciar perdía seis metros de su superficie por año. En las últimas mediciones, la pérdida alcanza a 60 metros anuales. En total, ello ha reducido su superficie en casi un cuarto.

En el caso de nuestro país -y específicamente en Santiago- estamos enfrentados ante un eventual derretimiento del glaciar Echaurren, que desde alto en la cordillera -a unos 3.800 metros- alimenta al Embalse "El Yeso", el cual aporta cerca del 70 por ciento de las aguas consumidas por la capital. De continuar la tendencia actual, este glaciar podría dejar de proveernos agua en los próximos cincuenta años.

Por lo tanto, a nadie puede serle indiferente el tema. En diversas latitudes, una situación como la descrita, afectará drásticamente nuestro estilo de vida. La clave para enfrentar esto, pasa por dos ejes. El primero, es el que deben tomar las empresas que operan en distintos Estados, principalmente en potencias como Estados Unidos, China y algunas potencias emergentes como Brasil, India y Sudáfrica. Hay que recordar que Estados Unidos emite por sí solo un cuarto de las emisiones contaminantes a nivel mundial, lo cual tiene consecuencias directas en el aumento de la temperatura como resultado del efecto invernadero. Por su parte, China tampoco se queda atrás. La potencia asiática es aún un fuerte consumidor de combustibles como el carbón. De hecho, recién el año 2007, China consumía más carbon que la Unión Europea y Estados Unidos juntos, llegando a un consumo equivalente del 39 por ciento a nivel mundial. En resumen, estos dos países son en buena medida los responsables del calentamiento global.

Si retrocedemos a diciembre del año pasado, recordaremos que la Cumbre de Copenhague -que era la cumbre por excelencia para coercionar principalmente a estos dos Estados en una declaración vinculante que los llevara a limitar las emisiones contaminates- terminó con una declaración conjunta, de carácter no vinculante, que recién comenzará a discutirse en la próxima cumbre sobre medio ambiente que deberá realizarse en México entre noviembre y diciembre de este año. A todas luces, es menester señalar que la voluntad política no ha dado buenos frutos en esta dirección.

El segundo eje pasa por el comportamiento y toma de conciencia de la sociedad civil. Aunque tenemos una responsabilidad a menor escala, no dejamos de ser un actor relevante en la lucha contra el calentamiento global. El ejemplo más básico que se da, es cuando tendemos a dejar un equipo tan común como nuestro computador encendido durante la noche. Aún estando sin realizar mayores actividades, un computador promedio gastará entre unos 60 y 70 watts por hora. Aun así, pareciera que 60 o 70 watts sigue siendo una unidad ínfima, pero no lo es si consideramos a nivel anual el gasto por individuo. Si suponemos que de un año, mantenemos nuestro PC bajo estas características unos 200 días a razón de 9 horas encendido durante sólo la noche, el gasto será de 117.000 watts y si a ello le sumamos más casos de personas que sigan esta lógica a nivel mundial, pues bien, la cifra aumenta considerablemente. Es por ello, que diversas empresas tanto de electricidad, como de otros rubros, han hecho el llamado a no utilizar la energía innecesariamente y que dicho sea de paso, deberíamos aprender de ello.

Si se siguen estas dos premisas básicas, es probable que podamos darle un respiro al planeta, que si bien no nos permitirá mejorarlo, sí nos permitirá demorar los efectos que -dada la voluntad política que se observa en los foros internacionales- son inminentes.

Al menos por ahora, esperemos cómo evolucionan los acontecimientos del próximo 27 de marzo a eso de las 20:30 horas. Al menos en lo oficial, no hay ningún edificio de nuestro país que se haya sumado a la causa, pero al menos, partamos por tomar la conciencia nosotros mismos.






lunes, 8 de marzo de 2010

La Contramemoria en La Haya ¿Y ahora qué sigue?

Estando a un día de la presentación de la contramemoria por los límites marítimos -que nuestro país deberá presentar ante la Corte Internacional de La Haya- podemos decir que ya hay fuertes expectativas a ambos lados de la frontera. Declaraciones recientes muestran que tanto el gobierno chileno como peruano han manifestado su plena convicción de que los asiste el Derecho Internacional y que por lo tanto, saldrán airosos del juicio, pero lo cierto es que en sus círculos internos se respira un aire mucho más confuso. Ninguna de las partes sabe con certeza en qué criterio podría basarse el tribunal, ya que esta delimitación marítima es completamente distinta a las que el Tribunal se pronunció con el caso Rumania-Ucrania, Colombia-Nicaragua y Nicaragua-Honduras donde el máximo tribunal se inclinó a la postura que hoy abandera Perú, es decir la aplicación de una línea equidistante para separar los límites. Y si bien es cierto, que la Corte de La Haya es reacia a inclinarse a tratados de carácter tácito -que en este sentido podríamos considerar los tratados firmados entre Chile y Perú en 1952 y 1954- en las delimitaciones de los países anteriormente mencionados, no había una participación de un tercer Estado, que en nuestro puntual caso, vendría siendo Ecuador, quien participó de los tratados para fijar su límite marítimo sur con el país del Rímac.

A lo anterior, se debe sumar que la delimitación marítima entre Colombia y Ecuador también se basó en la aplicación de una línea adyacente a las costas, teniendo como referencia la experiencia en la delimitación chileno-peruana y peruano-ecuatoriana. Por lo tanto es completamente incierto el panorama, incluso para los mismos juristas que llevan adelante la demanda y defensa del caso.

Al menos en el corto plazo, se deberá seguir con el proceso de rigor, el cual una vez presentada la contramemoria chilena, sigue lo que en el Tribunal de la Haya se conoce como "réplica" que es una fase para que el país demandante rebata los argumentos presentados en la contramemoria por el país demandado en un plazo no superior a seis meses. Luego viene la "dúplica", que es cuando el país demandado tiene también un plazo de seis meses para rebatir la "réplica" del demandante y terminado este proceso, viene la última fase, que es la fase oral; la cual debería demorar unos pocos meses antes del estudio final del caso y su posterior sentencia. A priori no existe un plazo común que podamos extrapolar para determinar cuánto se demora en dictar sentencia el tribunal, pero se estima que debería estar lista entre finales del 2011 o a mediados del 2012.

Ahora bien, basándonos en el panorama político actual, pareciera haber una tendencia a la distensión en momentos donde el Presidente electo Sebastián Piñera será investido en La Moneda el próximo 11 de marzo. La presencia del mandatario peruano, Alan García reafirma lo dicho, ya que hay que recordar que durante semanas éste mantenía su asistencia en duda debido a la cercanía entre la presentación de la contramemoria y la fecha del cambio de mando presidencial. Lo cierto es que la presencia per se viene a marcar un reforzamiento en las buenas relaciones que han marcado expectativas en la clase política peruana.

Sin embargo, no hay que olvidar que aún hay temas pendientes que pueden agitar las relaciones bilaterales, que -a mi juicio- podrían ser potencialmente dos temas. El primero, es que una importante parte de la clase dirigente en Perú ha manifestado su intención de que se siga el proceso para esclarecer el caso de supuesto espionaje que nuestro país infringió contra la Fuerza Aérea del Perú. Dependiendo de la efervescencia política de cómo se vaya desarrollando el caso, es que tendremos un mayor o menor impacto en las relaciones chileno-peruanas. El segundo caso -y el más importante por cierto- son la celebración de los comicios presidenciales en el vecino del norte, que -si no sucede algo extraordinario- deberían realizarse en abril del 2011, una fecha donde aún se estará tramitando el juicio ante el tribunal y que por supuesto, el antichilenismo será una tónica en el discurso de varios candidatos a la presidencia.

Así las cosas, es irrisorio creer que estaremos en "luna de miel" con el país del norte. En el corto plazo, es cierto que se hará explícito un acercamiento que viene a resetear una relación de bastante turbulencia que se marcó con la administración Bachelet, pero lo que se verá no será una relación de hermandad; lo que se verá, es una relación netamente protocolar y pragmática que puede marcar una modesta distensión entre nuestros países. Con todo, podemos deducir que la "montaña rusa diplomática" está lejos de desaparecer, porque sencillamente no están las intenciones. Aún así, habrá que mirar con mucho cuidado el cómo se vayan desarrollando las cosas, pero al menos por ahora, el juicio en La Haya debe continuar...